lunes, 13 de febrero de 2012

Un ejemplo de la terapia humanista:

Es un ejercicio que hemos realizado en clase como ejemplo de una conversación entre un psicólogo o terapeuta y su cliente:

Cliente: Soy muy desgraciado porque no valgo nada. Soy un desastre.
Terapeuta: ¿Cree que es desgraciado, que no vale nada?
Cliente: Sí... Bien..., tampoco es exactamente que no valga nada...
Terapeuta: Osea, que usted cree que sí que vale de algún modo...
Cliente: Sí, pero no estoy seguro.
Terapeuta: ¿Y qué le hace pensar eso?
Cliente: Porque cada vez que hago algo en el trabajo no lo tienen en cuenta.
Terapeuta: ¿Y en casa?
Cliente: Depende de cómo me lo tome.
Terapeuta: ¿Tiene algún problema en casa?
Cliente: No que yo sepa, pero mis hijos no me hacen caso.
Terapeuta: ¿Entonces dice que el problema lo tienen sus hijos?
Cliente: Podría decirse que sí
Terapeuta: Entonces tendría que tratarlos también a ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario